sábado, 19 de mayo de 2012

Sweden, what's up?



Menos cinco grados a las siete de la mañana, doce a media mañana, dieciocho a la tarde, menos diez grados de madrugada. Desayuno a las siete y media, comida a las once y media de la mañana, y cena a las ocho. La mermelada se echa en la carne, y no se bebe agua a la comida. El yogur, en tetrabricks. Cuando te presentan a alguien, le das la mano; nada de dos besos. Es más fácil y más barato conseguir drogas que una botella de alcohol. La mayor tasa de suicidios del mundo. Sexo, drogas y, bueno, música electrónica pura. 

Estoy hablando de Suecia, el país de la nieve, el frío. Estocolmo. Sus prisas, sus coches, sus historias, su desastre, su economía, su tren, metro, tranvía. Sus institutos americanos, sus rarezas, sus paranoias. Su bordería. Y yo viví, hace menos de un mes, todo eso, durante quince días. Posiblemente, después de este capitulo, ya podréis saber como estoy hoy en día. 
Los detalles de mi vida sueca no puedo decir que no fueran importantes, pero creo que quedan bastante bien definidos arriba.

Vosotros lo que queréis son trapos sucios, para poder chapotear en ellos sin marcharos. Yo os los voy a dar. Como parte del intercambio con Suecia, teníamos un crucero desde Estocolmo a Tallín, pasando en el barco una noche a la ida, y otra a la vuelta. El crucero tenía de todo, todo lo que puedas imaginar. Nueve plantas, llenas de cosas, tiendas, salas, habitaciones. Tenía piscina, pero no fui capaz de encontrarla. Y lo mejor: un supermercado donde vendían alcohol casi regalado a menores. El plan perfecto, si no fuera porque era mierda pura (perdón por la expresión, pero no se me ocurre palabra mejor).

Resultado: dos noches de flash. Visto y no visto, sin muchos recuerdos, sin saber lo que hiciste, como llegaste a cama, que va a ser de ti al día siguiente. ¿Qué hiciste la noche anterior?

Primera noche: mi camarote, la botella de litro de vodka, la pequeña de no-se-que con mora, RedBull, muchos vasos, jugamos al ''Yo nunca'', bailar, bailar, fotos, bailar, arcada, zona de fumadores, confesiones... P. Si, el mismo chico de Fin de Años (si os habéis perdido esa parte, http://sorryforbeinyoudreams.blogspot.com.es/2012/04/nye.html). Mierda. Mierda, mierda, mierda. Una vez, dos, tres, ¿cuántas? Ahora mismo, sigo sin saberlo. No me gusta, no lo sé. No sé que hacer, si dejarlo así. Pero de lo que si me acuerdo, es que me dijo que le gustaba. Recordarme que algún día os hable de él, y de porque es imposible tener nada más. 

Segunda noche: chicas, recomendación de una dreamy a tener en cuenta: jamás, pase lo que pase, hagáis una apuesta de quien bebe más rápido. Y mucho menos, cuando es alcohol del día anterior, caliente, en dos tragos. Caput, no sé lo que pasó esa noche. No me acuerdo de nada, de nada, de absolutamente nada.

Soy un desastre, lo peor. Lo sé. 
Solo pido que no me lo echéis en cara, porque me he propuesto cambiar. Renacer cuando nadie pensó que lo haría. Puedo hacer lo que quiera, puedo ser quien quiera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario