jueves, 5 de abril de 2012

Los primeros besos no existen.



Verano. Verano precioso, de calor, sudor, bikini, y chicos. Posiblemente, la mejor parte de todas. Después de haber esperado todo un invierno, ¿quién no quiere ir a la piscina, a la playa, y verlos en bañador? Suena perverso, lo sé. Pero es verdad, tu también lo has pensado alguna vez.

Regresa al verano del 2010. Exactamente, al día en el que España ganó el mundial de fútbol. Ese día, yo pasé dieciséis horas en un bus, lleno de gente que no conocía, de camino a Francia. Miento, conocía a una chica de habar con ella por Internet, y de jugar contra ella. Me explico: yo juego a baloncesto desde que tengo uso de memoria, y ella jugaba en otro equipo. Y punto, rivalidad pura y dura transformada en una inestable amistad. Salimos a las tres de la mañana, y llegamos a las nueve y media. Demasiado tiempo encerrados en un mismo sitio. Imaginaros el panorama: no conocer a nadie, un viaje interminable. ¿Lo único bueno? El chico que se sentó a mi lado durante todo el viaje, el mismo que me despertó cuando llegamos y que no le importó que me quedara dormido en su hombro. El chico que se sentó conmigo en todas las clases de francés durante esas tres semanas, el que me venía a buscar por las noches, el primer chico que me llamó princesa. La verdad, fue un gran campamento. Hice muy buenas migas con aquella chica, y ahora somos inseparables, aunque vivamos un poco lejos. No os olvidéis de su nombre, más bien de su apellido: Ney. Leeréis sobre ella, creerme. Aprendí mucho francés, cosa que, hacedme caso, sirve para comprar alcohol en Italia. ¿Y ese chico?

Llegó la última noche, la gran noche. La gran discoteca que nos habían prometido los monitores después de tres semanas. Y ese chico, ese Peter Pan, que ya tenía toda la confianza que quisiera conmigo, me vino a buscar a la habitación, me llevó a bailar, me acompaño a cambiarme de zapatos cuando me empezaron a doler los pies. Esperó a mi canción favorita, y me besó. Bueno, lo intentó. Los primeros besos siempre son desastrosos, pero este no tengo muy claro que llegara a ser un primer beso propiamente dicho. Fue extraño, porque en realidad no quería. De aquellas, creía que los primeros besos, como el resto de las primeras cosas, tendrían que ser con alguien importante. Me equivocaba. En realidad, los primeros besos no existen. Son simplemente, lo que todas soñamos, pero lo que pocas saben lo que es. Y la verdad, me arrepiento de no haberme dejado llevar en ese momento. Era un campamento, y a ese chico no lo he vuelto a ver. ¿Qué más daba que fuera un desastre total lo que pasó? Era un beso, un beso nada más. 

Y ese, ese beso, en el bosquecito de al lado de la discoteca, a solos, entre susurros, fue mi Primer Beso En Teoría. Para mi, no significó nada. Ni siquiera lo considero un beso de verdad. ¿Y el de verdad? Esperemos un poco más, solo un poco...

1 comentario:

  1. Me gustó tu historia:) Y tu blog es muy bonito, un beso te sigo.

    http://www.sweetcinderellaa.blogspot.com

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